Una separación o divorcio es una figura jurídica que pone fin a la unión conyugal. Pero no significa la división de los hijos, ni de la familia. Se puede perfectamente ser unos padres o madres separados que comparten la crianza de los niños de una forma correcta.
No ser pareja conyugal no implica el no poder ser pareja parental
La relación de los progenitores tiene una inmensa incidencia en el sano desarrollo de los hijos, aunque Hay que dejar claro que una separación o divorcio en sí mismo NO produce problemas en los niños . La relación lineal divorcio –> problemas, estableciendo que un divorcio siempre va a generar problemas de desarrollo en los hijos, no existe. Una característica de los niños es que se adaptan muy rápidamente a los cambios en su contexto. Claro está que esto sucede de manera adecuada y sin dificultades añadidas si los padres y madres lo hacen bien. En caso contrario, hay que analizar qué cosas están haciendo los padres que pueden explicar que un niño de padres separados presente problemas que no presentaba antes de la separación y qué deben hacer los padres para que estos problemas, en el mejor de los casos, no se generen o si ya se han dado, que desaparezcan.
Una vez más, no debemos olvidar que los pequeños aprenden con el ejemplo. Si los adultos manejan la situación con madurez y paciencia, los niños también se adaptarán más fácilmente a la nueva situación y no sentirán que “su vida se acaba” por el hecho de la no convivencia de sus padres
Aquí van nuestros pequeños consejos para lograr una coparentalidad separada
Mantener una comunicación regular y respetuosa.
El objetivo es establecer una comunicación libre de conflictos, por lo que también es importante encontrar cuál es el canal ideal para establecer el contacto.
Si la comunicación con tu ex pareja es una tarea difícil. Recuerda que no siempre es necesario hablar por teléfono, sino que se puede intercambiar textos o mensajes por Whatsapp o correo electrónico.
La ideal es estar al tanto de todos los acontecimientos que han sucedido en casa, en el colegio, con amigos del niño o la niña….
Estas conversaciones también pueden servir para tomar decisiones sobre el bienestar del pequeño.
Establecer reglas similares
Es sumamente importante establecer normas hogareñas similares cuando se trate de fijar tácticas disciplinarias, así como también rutinas; entre las que se incluyen: horarios para dormir y para comer. De esta forma, tu hijo o hija podría comprender que su comportamiento será recompensado/castigado similarmente, sin importar con cuál de sus padres esté pasando el día
Cambio de casas
Si la custodia es compartida, es interesante que tu hijo o hija disponga de un vestuario independiente en ambos hogares (aunque evidentemente se pueden intercambiar cosas). De esta forma evitamos la maleta que asocian los niños como un continuo ir y venir de viaje.
Compartir juntos momentos importantes
Sea como sea y aunque cada uno tenga su pareja, siempre debe haber un espacio reservado para compartir en familia : los cumpleaños, graduación, presentación artística o deportiva… los niños no deben no deben pasar malos momentos ni sentir la ausencia de alguno de sus padres por temas de los que no son responsables.
Procurar facilitar lo estipulado
Si ha quedado regulado (por sentencia judicial, por un notario, por un acuerdo verbal) entre vosotros qué tipo de relación tendrán los hijos con uno y otro, lo mejor es que sigas lo que está escrito. Horarios, días de la semana, festivos, vacaciones, manutención… Tener el detalle de ser puntual al recoger a los niños y mantener el calendario establecido son aspectos que la otra persona agradecerá, aunque no te lo diga. Eso, a su vez, genera tranquilidad y confianza en la otra parte. No alteres sus planes a última hora sin una razón grande que los justifique.
Los niños lo perciben todo
Detectan una mala cara, un nerviosismo, un agobio, un rencor, un cansancio… Tus hijos agradecerán que les trates como merecen.. Por eso dedícales tiempo de calidad cuando estén contigo y no conviertas los momentos de intercambio con el otro padre o madre en una situación embarazosa.
Habla siempre bien del otro
Delante de los niños subraya la parte positiva del otro padre o madre. No tires de los hijos para que te prefieran a ti. Busca que vean el mejor lado posible de tu ex pareja.
Siguiendo en esta línea, los padres o madres no deben sentirse defraudados porque los hijos vuelvan hablando maravillas del otro progenitor .Que disfruten estando con el otro progenitor no es nada personal en contra de ellos, sino algo muy adaptativo y es una señal de que están haciendo las cosas bien.
Que un niño crezca sano y feliz no depende del tipo de familia en la que crezca (nuclear, monoparental, homoparental, patchwork…), sino de que sus necesidades y relaciones afectivas estén garantizadas. Si a un niño se le da lo que necesita en cuanto a protección y cariño, , crecerá fuerte, feliz y seguro de sí mismo, independientemente del modelo de familia en que lo haga. Una separación puede ser también una oportunidad para todos, también para mejorar la calidad de las relaciones entre padres, madres e hijos.